sábado, 24 de septiembre de 2011

La música que a mí me gusta

Las percepciones son cosa seria. A borbotones, esa tarde, comprendí una vez más que cada quien se asoma a la vida según la música que toca su corazón... o, en algunos casos, el ritmo que le imponen los intereses de su modus vivendi.

No hay nada malo en ello. Las parcialidades y el colocarse en una u otra orilla son tan antiguos como el hombre mismo. En la religión católica, ya veíamos como Adán, luego de morder la manzana que Eva puso en sus manos, fue fustigado por el propio Dios. Y cada uno de ellos tomó partido por algo en lo que creía, bien para defenderse, excusarse o, incluso, atacar.

Esa tarde, a mí me tocó abordar percepciones y proteger mi parcialidad. ¿Salí bien librada de ello? Quizás no, porque tuve que consentir en algunos puntos para no levantar más olas. Duro debate en mí.

Pero lo que ahora marca mi senda no es lo que sucedió en ese instante... al final, ese episodio quedó detenido en el pasado. O al menos eso es lo que quiero creer. Mis pasos se desplazan hacia cómo darle vuelta a la tuerca, afinar instrumentos nuevos y construir melodías valiosas.

La realidad te golpea duro, pero está en nosotros seguir atascados en ella o reenfocarnos en quienes somos, en nuestra esencia para arañar sueños y metas, fuerte, muy fuerte... y me decidí por esto último. Es un ejercicio de autoconvencimiento, reconozco. Un gran ejercicio para seguir tocando la música que a mí me gusta.




No hay comentarios:

Publicar un comentario